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La gineta

La gineta (Genetta genetta), con su nombre escrito indistintamente con “g” o con “j”, procede de África, y se cree que se extendió a Europa de la mano del hombre, ya que era un animal doméstico utilizado habitualmente por egipcios, árabes y romanos para la caza de roedores. Después, la familiar gineta se fue independizando y asilvestrando hasta conseguir una plena integración en nuestras tierras. Vista de lejos, nuestra “amazona popular” podría parecer un gato, pero tiene una cola mucho más larga y gruesa, y además no es un felino, sino el único representante en la península de la familia de los vivérridos.

Si nos fijamos un poco en ella, vemos que es un carnívoro de tamaño medio, de 50 a 60 cm. de longitud sin contar la cola, unos 20 cm. de altura y entre 1,2 y 2,5 kg. de peso. Tiene un aspecto muy particular, patas cortas, cuerpo alargado, color grisáceo, con abundantes manchas o moteados oscuros, que hacen identificable a cada individuo, y una larguísima y gruesa cola, decorada con 8 ó 10 anillos negros.

Fotos:
Dos ginetas, © Joaquín Aguilar
Gineta al borde de la carretera, © Indalo de Oz

La cola suele alcanzar una longitud superior a la de la cabeza y el cuerpo juntos. La cabeza de la gineta es pequeña, con grandes orejas, grandes ojos de pupilas verticales, adaptados a la visión nocturna, y bajo los ojos tiene unas características manchas blancas. Esta bella y estilizada “amazona cazadora” es de hábitos principalmente nocturnos, cuando caza se muestra ágil, silenciosa y es un espectáculo de precisión. Su olfato y oído son finísimos.

Muchas veces trepa por los árboles en busca de sus presas, pudiendo saltar de rama en rama, con enorme agilidad, equilibrándose con la cola. Esta experta cazadora atrapa a sus presas pequeñas con las garras, que cuentan con uñas retráctiles, y para doblegar a las presas de medio tamaño suele morderlas en el cuello. Su alimentación se compone de conejos, liebres, roedores, aves, anfibios, reptiles, invertebrados, incluyendo algunas frutas.

La gineta hace sus madrigueras tanto en el suelo, protegidas por matorrales, como en los árboles. La época de celo es amplia aunque el punto álgido está entre febrero y marzo. La gestación dura unos dos meses, tras los que la gineta suele tener una camada de 2 o 3 crías, que no abren los ojos hasta una semana después del nacimiento, y no se independizarán hasta que no tengan entre 6 y 9 meses. La madurez sexual está en torno a los dos años y su longevidad entre los 6 y 8 años. En nuestro Parque, la gineta puede encontrarse en las zonas de sierra menos secas, es raro que aparezca en zonas desérticas. La gineta, aunque no es una especie amenazada, sí está estrictamente protegida.

Sus enemigos naturales son las grandes rapaces y los grandes carnívoros. La consideración, por la población rural, de la gineta como una alimaña, el haber sido muy codiciada para la taxidermia, la utilización de su piel en peletería y los atropellos en caminos y carreteras, hacen del hombre que la introdujo su principal enemigo; por lo que no es extraño que la gineta, antaño domesticada y casera, actualmente evite a toda costa las proximidades de los núcleos urbanos, cada día más abundantes y desnaturalizados.

Mariano Torrero