Home
El Eco
Noticias
Juridico
Senderismo
Conocer
Planos y mapas
La Asociacion
Estatutos
Enlaces
Contacto
Casas rurales, hoteles, cortijos,
y otros servicios
en el Parque

Visita nuestros Patrocinadores
  Camisetas de la Asociación
Diferentes tallas, modelos y colores
Descúbrelas
y cómpralas
 
Síguenos en

Sitemap

Aviso legal
Política de cookies
Política de privacidad

Webdesign: espacioazul.net

 
 
 
 

Patrimonio histórico, nuestro legado abandonado

Desde hace muchos años, prácticamente desde que se fundó la Asociación de Amigos del Parque, hemos venido denunciando y rogando encarecidamente a las administraciones competentes que se restauren o rehabiliten las diferentes construcciones emblemáticas, que forman parte del rico patrimonio histórico del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.

Hemos puesto un énfasis especial en el Castillo de San Pedro, el Cortijo del Fraile, la Torre de los Alumbres y la Iglesia de Las Salinas, por su gran importancia histórica, cultural y porque se encuentran en la mayoría de los casos en un estado crítico de conservación; organizando diferentes acciones de protesta y denuncia, en ocasiones junto a otras asociaciones conservacionistas y culturales. Lo hemos pedido por activa y por pasiva, pero hasta ahora los resultados han sido del todo infructuosos.

Foto: Valle de Los Escullos © AP
 

Uno de los argumentos más recurrentes de la administración ha sido que todas estas construcciones están en manos de particulares y que, por lo tanto, poco se puede hacer. Pero nosotros pensamos que lo que falta es voluntad y que subyacen una serie de intereses con fines lucrativos a medio o largo plazo. Cabe resaltar, que la Junta de Andalucía ha destinado, sin embargo, importantes partidas presupuestarias para la rehabilitación, con fines agroturísticos, de dieciséis aljibes, dos molinos hidráulicos y seis norias, así como de varios molinos de viento; algunas de cuyas rehabilitaciones ya han concluido y otras están en proceso. Todos estos elementos son propiedad de particulares y en algunos casos (en las norias), las partidas presupuestarias son realmente elevadas (278.630,65 Euros para la rehabilitación de dos norias y una balsa en las proximidades del Playazo de Rodalquilar). En esta situación, cabe preguntarse cuál es el motivo por el que sí se rehabilitan todos estos elementos del patrimonio etnológico del Parque, que sin duda son muy importantes, y sin embargo no se rehabilitan construcciones únicas y especialmente emblemáticas como el Cortijo del Fraile o el Castillo de San Pedro, por ejemplo.

Para encontrar posibles respuestas, conviene que hagamos un breve repaso a la situación en que se encuentran las construcciones de gran valor histórico, las más relevantes del Parque Natural, a saber: El Castillo de San Pedro, la Torre de los Alumbres, el Cortijo del Fraile y la Iglesia de Las Salinas.

 
La Voz de Almería, 23 de febrero de 2010
 
 

CASTILLO DE SAN PEDRO

Se encuentra en la cala del mismo nombre, de difícil acceso a pie y sin posibilidad de acceso para tráfico rodado. Lo que queda del castillo amenaza ruina total, de forma inminente.

Un particular lo adquirió junto con varias hectáreas de terrenos adyacentes, hace pocos años en una operación escandalosa, de la que dimos cuenta en números anteriores de esta revista. Lo compró por una cantidad de dinero irrisoria y la Junta de Andalucía, sorprendentemente, no ejerció el derecho de retracto para así incorporarlo al patrimonio público, su posterior rehabilitación, conservación y disfrute de todos los ciudadanos. Su actual propietario ha manifestado en varias ocasiones su intención de hacer en la cala un pequeño resort o algún tipo de alojamiento turístico.

TORRE DE LOS ALUMBRES

En un precario estado ruinoso, se emplaza en un lugar privilegiado del Valle de Rodalquilar. La empresa propietaria, posee en los alrededores numerosas fincas de considerable extensión de terreno, que llegan hasta el Playazo de Rodalquilar, y sobre una de las cuales se estableció hace poco menos de dos años, un vivero de palmeras (dábamos cuenta de esto en números anteriores de esta revista). Los promotores del vivero están relacionados con varias empresas vinculadas al sector de la construcción e inmobiliario. Esta finca, cuando fue adquirida por su actual propietario, la Junta de Andalucía ejerció el derecho de retracto sobre ella, pero no se sabe el extraño motivo por el que no prosperó la acción en los tribunales, perdiendo el juicio la Administración.

 
Foto: Torre de Los Alumbres © PG

CORTIJO DEL FRAILE

Se encuentra rodeado de una finca de 724 hectáreas dedicada a cultivos agrícolas al aire libre, propiedad de una empresa murciana denominada Agrícola La Misión S.L. que comercializa sus producciones a través de la empresa Kernel Export, S.L. con sede en Murcia. En varias ocasiones se han escuchado rumores de compra del cortijo o posibles convenios con sus propietarios para su posterior restauración y puesta en valor; pero a pesar de las reiteradas peticiones de muchos colectivos instando a su conservación, no se ha hecho nada, pese a que su penoso estado de ruina es realmente alarmante.

 

IGLESIA DE LAS SALINAS

Está situada en las proximidades de las Salinas de Cabo de Gata, junto a su complejo salinero, a escasos metros de la orilla del mar. Tras una batalla librada en los tribunales, se reconoció el derecho de usufructo a la Iglesia Católica, que anunció su rehabilitación (llegó a colocar un cartel junto al inmueble anunciándolo), pero de esto no ha quedado nada. Recientemente el Ayuntamiento de Almería anunció en prensa que había realizado un convenio con el obispado de Almería para realizar la tan ansiada rehabilitación, mediante una escuela taller, pero parece que las cosas se complicaron y esto no llegó a materializarse.

Foto: La iglesia de Las Salinas © PG

Salvo en el caso de la iglesia, los otros tres inmuebles están rodeados de intereses económicos y quién sabe si urbanísticos a medio o largo plazo. Piensen en el Valle de Rodalquilar, tras una creciente degradación antrópica (cultivos o vivero de palmeras), podría pedirse una recalificación del suelo y tal vez prosperar. En el caso del Cortijo del Fraile, ocurre la misma situación. Tal vez a sus propietarios no les interese que se restaure el cortijo por si esto pudiera interferir en intereses futuros o simplemente en los actuales (cultivos agrícolas intensivos).

Con el Castillo de San Pedro ya sabemos que su propietario pretende construir algún alojamiento turístico, por supuesto con ánimo de lucro. La forma en que se integre o no el castillo, puede condicionar en gran manera sus hipotéticas pretensiones, por lo que es posible que su mayor interés sea que dicho castillo se convierta en un montón de piedras y que solo quede el recuerdo de su existencia.

Da la impresión, de que estas construcciones no serán restauradas o rehabilitadas (quizás haciendo excepción de la iglesia), si detrás de ellas no hay un boyante negocio o convenio que reporte a sus propietarios pingües beneficios, o en su defecto, dejar que el tiempo las convierta en escombros para propiciar un posible negocio futuro. Tal vez, seamos mal pensados y las cosas sean más sencillas de lo que parecen, pero si lo fueran, creemos que no habría motivo para que gran parte del patrimonio histórico arquitectónico del Parque Natural se esté convirtiendo en ruinas y, por lo tanto, se esté privando a todos los ciudadanos de su disfrute y puesta en valor.

LA PROTECCIÓN LEGAL

En cuanto al deber de las administraciones de velar por la conservación de nuestro patrimonio histórico, nuestra propia Constitución establece en su artículo 46 que: “Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualesquiera que sean su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio”. Creemos que a este artículo de nuestra Carta Magna no hay que hacerle comentario alguno, está muy claro.

En este sentido, la Ley 16/1995, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español protegió, con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), todos los elementos defensivos del territorio español con la categoría de monumentos en virtud de la Disposición Adicional Segunda de la citada ley (en este caso tendríamos en el Parque entre otros al Castillo de San Pedro y a la Torre de los Alumbres). Según el artículo 36 “1. Los bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español deberán ser conservados, mantenidos y custodiados por sus propietarios o, en su caso, por los titulares de derechos reales o por los poseedores de tales bienes.” Pero, claro, cuando los propietarios no hacen nada para conservar el patrimonio histórico, la ley propugna que: “3. Cuando los propietarios o los titulares de derechos reales sobre bienes declarados de interés cultural o bienes incluidos en el inventario general no ejecuten las actuaciones exigidas en el cumplimiento de la obligación prevista en el apartado 1 de este artículo, la Administración competente, previo requerimiento a los interesados, podrá ordenar su ejecución subsidiaria.”

Incluso la ley prevé la expropiación del bien de interés cultural en su artículo 37, que dice: “Será causa justificativa de interés social para la expropiación por la Administración competente de los bienes afectados por una declaración de interés cultural el peligro de destrucción o deterioro, o un uso incompatible con sus valores. Podrán expropiarse por igual causa los inmuebles que impidan o perturben la contemplación de los bienes afectados por la declaración de interés cultural o den lugar a riesgos para los mismos. Los municipios podrán acordar también la expropiación de tales bienes notificando previamente este propósito a la Administración competente, que tendrá prioridad en el ejercicio de esta potestad.”

La ley parece estar muy clara, entonces ¿por qué la Administración no hace nada? ¿qué interés puede tener la Administración en que los Bienes de Interés Cultural de nuestro Parque Natural se destruyan o deterioren?. La inacción de la Administración competente es más que patente, porque si hay un instrumento legal para garantizar la conservación de gran parte de nuestro patrimonio histórico (los BIC), ¿por qué no ejerce esta potestad? Los ciudadanos nos quejamos, protestamos, nos manifestamos, pero de momento esto no sirve de nada. Queda otra vía, siempre desagradable: los tribunales. Quizás haya llegado el momento de recurrir a ellos, porque el tiempo pasa inexorablemente sobre nuestro patrimonio histórico y quizás muy pronto, sea ya demasiado tarde.

Amigos del Parque