Puente entre dos continentes
Miguel Costales nació en Bilbao en 1954. Para empezar probó a estudiar derecho, pero el arte tiraba de él, los libros de leyes no eran lo suficientemente atractivos para alguien tan inquieto, y no podían competir con los pinceles y el color.
En 1981 hace su primera exposición individual en la galería Amadís de Madrid. En los movidos años ochenta participa tanto en escenografías para ópera y teatro clásico, como en decorados para publicidad televisiva. En 1995 viaja a Londres y de allí a la bella isla tanzana de Zanzíbar. Lo que en principio eran unos meses pintando en la playa, se convierte en ocho años viviendo y trabajando en el pueblo costero de Bagamoyo. Allí la inspiración viene del entorno y el material también. Su luz, su gente y su colorido dan motivos, su madera da el soporte. En 2004 busca un intermedio entre la vieja Europa y la joven África, y establece una base, donde vivir la mitad del año, en Fernan Pérez. La otra mitad la pasa en Dar es Salaam, la capital de Tanzania. Miguel trabaja aquí y allá con pintura, madera, cemento, barro, metal, cartón, fotografía, todo vale para expresarse y mostrar el entorno del artista, su vida, sus cambios, su día a día. En sus talleres los cuadros en lienzo se mezclan con los bajorrelieves en madera o los totems tallados y policromados.
Las exposiciones individuales y colectivas de Miguel Costales son muy numerosas Tanto en ciudades españolas como Madrid, Valladolid, San Sebastián, Bilbao, Málaga, etc; como en las ciudades africanas de Zanzibar, Dar es Salaam o Nairobi. Este verano ha expuesto en nuestro Parque, en la Datilera de la Boca de los Frailes y en la sala de la Asociación Levantisca de Carboneras.
Al contemplar la obra de Miguel Costales viajamos por diferentes lugares, por distintas técnicas y por un mundo de sensaciones. Sus cuadros podrían ser obra de un Sorolla de otra raza, tostado por el sol ecuatorial; sus tótems podrían ser obra de un artesano africano al que le han crecido las tallas; sus bajorrelieves, sus cabezas, sus cilindros, todo rebosa sabor y color africano. Miguel ha dejado a un lado el mundo artístico europeo, los clásicos y los ismos, para inspirarse en el trabajo de los artistas de lo básico, de lo esencial y en el arte vivo, pobre y rico a la vez, del continente africano. Podemos decir que Miguel Costales es un puente entre dos continentes, tan cercanos pero tan diferentes entre sí. Quizás por eso Miguel eligió Fernan Pérez, porque nuestro Parque es lo más africano que puede encontrarse en la vieja Europa.
Mario Sanz
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