Editorial
¿Dónde dejo el coche?
Una década ha transcurrido desde que la entonces Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía redactara un Plan de Gestión de la Movilidad para el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. En ese plan se presentaban puntos disuasorios de aparcamientos junto a los núcleos urbanos situados dentro del espacio y otros próximos a las playas. Los primeros contarían con un servicio de transporte público que trasladaría a los viajeros hasta las playas. Solo se ha conseguido este cometido en San José, donde hay un servicio de autobuses que presta la empresa Bernardo para llevar a los viajeros desde San José, hasta las playas de Genoveses, Barronal, Mónsul, Media Luna y Cala Carbón. El Ayuntamiento de Níjar hace una década se puso manos a la obra para tramitar dentro de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), un Sistema General de Acceso al Mar, pensando en dotar de buenos aparcamientos desde los núcleos hasta el Playazo de Rodalquilar, Los Escullos, Los Genoveses, Cala del Plomo y Cala de San Pedro. Aquella iniciativa se guardó en un cajón y todo el mundo se olvidó de ella.
Foto: Coches en La Almadraba de Monteleva © JG
Cuando llega el verano los turistas aparecen en masa en el Parque y nadie les dice que no pueden aparcar en los caminos, las cunetas de las carreteras, las aceras, los taludes, en los dominios púbicos hidráulicos o marítimo terrestres, o en las zonas protegidas de interés general o seminaturales, catalogadas como B1 o B2. A pesar de existir algunos ridículos carteles que lo indican, todos estos visitantes desconocen que no se puede dejar un vehículo en el tramo de litoral de varios kilómetros de distancia que va desde el límite del Parque en Retamar, hasta el núcleo de Cabo de Gata, por ser dominio público marítimo terrestre. Algo parecido ocurre en La Fabriquilla y el Corralete, a pesar de ser esta última una zona de alta protección y marcado carácter forestal. Los vehículos impiden el crecimiento de cualquier tipo de vegetación y favorecen la erosión del terreno. Problemas similares tienen la playa del Arco, la Isleta del Moro o el Playazo de Rodalquilar, donde los aparcamientos descontrolados a pie de playa han ido aumentando de tamaño con el paso de los años. Un peligro latente son los aparcamientos instalados en las ramblas de San José, Agua Amarga o del camping de Las Negras. Por lo que respecta a los parkings regulados: la Playa de Los Muertos y al oeste de San José, el primero es gestionado por el Ayuntamiento de Carboneras que se queda con el dinero recaudado, mientras que el segundo, lo gestiona la misma empresa que quiere hacer un hotel en el cortijo de Las Chiqueras, que se embolsa cada verano grandes cantidades de dinero y gestiona de forma muy subjetiva el mismo, favoreciendo a los vehículos que acuden a su restaurante, explotado en el pseudo-museo del esparto. Los dos aparcamientos son muy caros, se saturan a primera hora y lleva a los viajeros a dejar sus vehículos en cualquier lugar disponible. Este año nos encontraremos con los graves problemas que ocasionará el haber dejado a San José sin una parcela que ha sido construida en la que aparcaban muchos vehículos que visitaban las playas del poniente.
Desde Amigos pedimos que se aplique el Plan de Gestión de la Movilidad, se creen zonas de aparcamiento reguladas que no causen impacto ambiental y paisajístico y que los parkings sean de gestión pública.
Antonio Hermosa
Vicepresidente de la Asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar