Cartas y opiniones

Esta revista pretende ser un medio de expresión abierto y plural, por lo que la Asociación y la redacción no se identifican necesariamente con las opiniones de las cartas y/o colaboraciones esporádicas que se publican en estas páginas.

Un parque natural descuidado por su ayuntamiento

Se confiere a los ayuntamientos el papel de correa de transmisión de sus vecinos con el fin de garantizarles el bienestar social y la prestación de servicios eficientes en sus respectivas poblaciones. En efecto, pero ese engranaje rechina con los habitantes de las poblaciones que configuran el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en Almería. Integrado en su mayoría por pequeños núcleos de población, que en ocasiones no superan los 100 habitantes, parece sin embargo un territorio abandonado a su suerte precisamente por quien debería sustentar su protección: el Ayuntamiento de Níjar. Un gobierno municipal más volcado en lugares con mayor densidad de habitantes (Níjar, San Isidro o Campohermoso) que con estos pequeños núcleos, cuyos residentes reclaman un trato igualitario respecto a los demás vecinos de estas tres poblaciones.

Foto: Tala de árboles en San José © JP

Así lo acaban de trasmitir desde la recientemente constituida asociación de vecinos San José y El Pozo de los Frailes, presidida por el perseverante José Francisco Cano, poblaciones donde la pujanza constructora resulta desproporcionada e insostenible para una población que apenas supera los 1.200 habitantes. Un vigor inmobiliario que tiene consecuencias irreparables en sus espacios verdes, con actuaciones inconexas, como talas de árboles indiscriminadas, además de un manifiesto descuido a las zonas verdes que aún permanecen, como quedó de manifiesto en la carta remitida por esta asociación al alcalde de Níjar, José Francisco Garrido.

Una discriminación entre municipios del mismo ayuntamiento que fue patente en el acto de inauguración del Parque de las Berlingas, en San Isidro, con el anuncio también del futuro Parque de las Familias, en Campohermoso, dos de las tres localizaciones donde se reparte habitualmente el pastel presupuestario de Níjar. Otra demostración más de la localización territorial que tiene el ayuntamiento a la hora de emplazar sus proyectos, en franca contradicción con el compromiso adquirido por su alcalde de “acometer inversiones y actuaciones que mejoren la calidad de los nijareños”. En efecto, de todos, pues sería deseable que el pacto del regidor con sus ciudadanos fuese de general utilidad y servicio. No podemos aplaudir los esfuerzos del político que ejerce como gestor de tan solo a una parte de su población.

Javier de Pablos

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