Cartas y opiniones
Esta revista pretende ser un medio de expresión abierto y plural, por lo que la Asociación y la redacción no se identifican necesariamente con las opiniones de las cartas y/o colaboraciones esporádicas que se publican en estas páginas.
Animales sueltos
Han aparecido por las poblaciones del Parque estos cartelitos informando de algunos aspectos acerca de la ordenanza municipal de Níjar sobre la tenencia de animales.
Para algunos supone una sorpresa el que no se permitan los animales sueltos, acostumbrados como estamos a ver por plazas y calles muchas mascotas, no todas afortunadamente, sueltas y campando por sus respetos y en muchos casos ladrando y tirándose a los viandantes. En muy poquitos de esos casos se ve en las manos de los dueños que los acompañan la bolsa para recoger los excrementos y el bote de agua con lejía o vinagre para limpiar los orines. Al parecer el respeto a las ordenanzas, por incivismo o por desconocimiento, es norma generalizada, de ahí el acierto de los citados carteles, que si algún inconveniente tienen es que son pequeños y pocos.
Foto: Perro suelto en una calle de San José © MH
Ahora toca cumplir las normas y hacerlas cumplir, por parte de todos, y que los ayuntamientos incrementen su acción de vigilancia y sanción.
Pero si miramos a las zonas no urbanas, el problema es mayor. La escasez de vigilancia y el comprensible deseo de disfrutar plenamente del contacto con la naturaleza hace que la inmensa mayoría de los animales de compañía vayan sueltos sin que sus dueños caigan en la cuenta de que alteran el equilibrio medioambiental, resultando perjudicial para los animales silvestres, plantas, incluso personas, pues hay mucha gente que tiene miedo a los perros y lo pasan muy mal cuando tienen uno cerca, si coincide que eso pasa en un sendero estrecho y con caída hacia uno de los márgenes puede dar lugar a un accidente.
Suponemos que estará prohibido aquí, como en la mayoría de los parques naturales y nacionales, en algunos de los cuales no se permite, incluso, entrar con animales de mascotas, sueltas ni atadas.
Esperamos mayor responsabilidad de usuarios y mayor celo de las instituciones cuyo deber es preservar y custodiar los valores naturales que hacen nuestro Parque tan singular y permitir que todos podamos disfrutar de la contemplación, la relajación y nuestro contacto con la naturaleza sin sufrir perturbaciones.
Manuel Hernández