Viaje literario por el Parque

Ada Salas (Cáceres, 1965) o las alas de mariposa. Traductora, ensayista y sobre todo poeta. Desde 1988 ha publicado 14 libros de poesía y recibido diversos galardones, entre ellos la Medalla de Extremadura.

El poema que publicamos hoy, nos sitúa en el centro de la defensa del Parque Natural como vida. A partir de este poema relacionado con la imagen y la fotografía de Pérez Siquier, colaboró con el pintor Jesús Placencia. También el poemario Variaciones en blanco inspirará una obra musical para instrumentos de viento.
Se la considera, por su práctica de una poética esencial, próxima al poeta José Ángel Valente.
Este breve poema que reproducimos da idea de la exigente labor de depuración para nombrar la realidad desde una mirada estética que destaca y pone de relieve aspectos esenciales que pasan desapercibidos, salvo para la mirada de la poeta.

Foto: Playa de Los Muertos © Mª Ángeles Maldonado

Cerco un paese
innocente.
Ungaretti

El día era una raya
y en ella se cifraba el paraíso.
Una raya
blanquísima: la piel
sobre las piedras de Los Muertos.
La vida
abandonada
bajo la luz del mundo
azul
como las aguas
de un mar que sólo existe en la memoria.

Rodalquilar
herida.

Yo pensaba en los dioses.

Pensaba en que los dioses abandonan
los tiempos profanados.

Foto: Playa de Los Muertos © Mª Ángeles Maldonado

La inspiración moral es rotunda, desde el emblema que lo preside hasta los últimos versos, estableciendo una reflexión que circunda el poema.
El estímulo inicial son los dos versos finales del importante poema Giróvago de G. Ungaretti escrito en 1918, que ha inspirado a varios poetas, como Mario Benedetti. La traducción al castellano dice: Busco un país inocente, de ahí la conclusión del poema: los dioses abandonan los tiempos profanados. Una declaración que apunta a la barbarie humana sin redención posible cuando los dioses nos dejan solos, huérfanos de ideales nobles.
Si la afamada playa de Los Muertos representa la vida, Rodalquilar y sus minas son la herida, sobre ambos espacios los dioses que no protegen, sino que se han olvidado de este paisaje ya profanado.
La inocencia (de Ungaretti) y la profanación de Ada estructuran el poema y adquiere otra dimensión interpretativa, le da alas para volar sobre el texto.
Por un lado el goce del paraíso que permanece en la memoria y la playa de Los Muertos que conjuga belleza y eternidad, el azul del cielo y el mar inundan la piel, masajeada por las piedras redondeadas de las orillas.
Por otro lado la herida de la extracción minera y el abandono posterior de Rodalquilar, símbolo de esa misma ausencia y vacío sin dioses protectores.
Las palabras clave ocupan un solo verso (raya, vida, azul, herida) pero integradas por el ritmo de los versos de 7, 8, 11 y 14 sílabas en algunos casos deconstruidos. Este esfuerzo formal pasa desapercibido ante el mensaje y selección de palabras que dicen y fotografían una estampa acabada del Parque Natural. Ada ha sabido expresar la belleza y herida con la que conviven el paraíso y sus localidades.

Miguel Galindo
Colaborador del equipo de redacción del Eco del Parque

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