Los chorlitejos patinegros
El chorlitejo patinegro es una pequeña ave limícola, que habita y cría en prácticamente todo el litoral almeriense. Son uno de esos pajarillos que antes veíamos correr en grandes grupos por las playas y zonas húmedas en Cabo de Gata, sin embargo, su población está disminuyendo de forma alarmante, hasta el punto de que en algunas zonas la disminución alcanza cifras cercanas al 70 %, y en la actualidad, aunque se ven ejemplares sueltos, ya no se ven tantos como antes, y esta disminución en el Parque es cada vez más notoria.
Son pájaros muy pequeños, que nidifican en el suelo, lo cual ya hace que muchos de estos nidos se pierdan por diversas causas, entre las cuales está la presión humana.
Sus nidos son pequeños huecos en el suelo, donde depositan sus huevos, que apenas se ven, están sometidos a todo tipo de peligros, hasta el punto de que la mayor parte de los huevos y los pollos, cuando nacen, estén sometidos a unos niveles de depredación muy grandes: de los tres o cuatro huevos que pone una pareja difícilmente sobrevivirán uno o dos ejemplares. Zorros, jabalíes, gaviotas,… son los depredadores naturales de esta especie pero, además, sobre todo en los últimos tiempos hay que sumar la presión humana.
Foto: Chorlitejos patinegros © PR
El turismo masivo, la ocupación del espacio por urbanizaciones, la limpieza mecánica de las playas,… suponen en primer lugar la destrucción de nidos y después, en muchas ocasiones, la imposibilidad de que estos pajarillos puedan nidificar.
El magnífico camuflaje de los nidos y pollos para evitar a los depredadores hace que, muchas veces, se les pise sin darnos cuenta o les pase un coche por encima, con lo cual los huevos se destruyen. Los animales domésticos son otro peligro. Los pollos, que son como una bolita del tamaño de una moneda con patas, en casos de peligro se esconden y camuflan tan bien que también pueden ser pisados. En los espacios naturales, por ejemplo, está prohibido llevar a los perros sueltos, una de las razones, es que los perros se acercan a los nidos, los huelen y mueven los huevos con el hocico o los pisan, con lo cual hay muchas posibilidades de que la nidificación se pierda, y puedan capturar fácilmente a un pollo, que en caso de peligro se intenta esconder y permanece inmóvil, pero el olfato de un perro lo puede detectar fácilmente.
Foto: Polluelo de chorlitejos patinegros © PR
Si queremos seguir viendo a estos preciosos animalitos, aparte de oponernos a cualquier proyecto o actividad que amenace y ponga en peligro su hábitat, podemos hacer pequeños gestos que contribuyan a su conservación, como lo que todos hacemos de no tirar basuras, y además, especialmente en primavera, época de nidificación, pero si lo hacemos todo el año mejor, circular o pasear por las sendas o caminos abiertos y nunca campo a través, ya que podemos pisar un nido sin querer, y si tenemos mascotas llevarlas con correa, los perros son muy buenos, pero no tienen conocimiento y en un momento se pueden salir de la senda y destruir un nido.
A ver si entre todos podemos conseguir que esta especie se recupere y volvamos a ver a los grandes grupos en el litoral del Parque.
Pepe Rivera
Presidente Grupo Ecologista Mediterráneo