Vida natural
Consejos para disfrutar de las playas del Parque
Aparte de respeto y cariño, las playas no necesitan nada de lo que usted trae.
No las llene de cosas innecesarias y no se lleve nada que no haya traído excepto basuras y residuos. Si quiere recuerdos haga fotografías; cada piedra, cada planta, cada concha tiene su función en el medio. No coja erizos, pulpos, estrellas… ni medusas, que están en su medio y tienen su papel en el ecosistema, no nadan, ni pican, ni muerden, algunas son urticantes al contacto, basta con procurar no rozarse con ellas. Si esto ocurre, quítese los restos visibles de tentáculos con una pinza fina o rascando con una tarjeta, lávese la zona con suero fisiológico o agua salada (nunca dulce) y aplique hielo en bolsa, no directamente, y acuda al puesto de socorro si lo hay. Si el dolor es muy intenso o su estado general empeora, vaya a un centro sanitario.
No dé de comer a los peces, ellos ya buscan su alimento sin necesidad de que ensuciemos el mar.
La pesca submarina está prohibida en el Parque.
Fotos: © JMJH
Siempre por los caminos
En el acceso a las playas no urbanas no abandone los caminos.
Si lleva mascotas, que no vayan sueltas, pueden ser perjudiciales para la fauna y la flora; en todo caso recoja sus excrementos y limpie la orina con agua y vinagre.
Evite en lo posible los desplazamientos en vehículos de motor; utilice el transporte público en los pocos sitios donde lo hay, vaya en bicicleta o camine.
Si va en coche, aparque únicamente en las áreas habilitadas para ello.
Estamos en un parque natural marítimo-terrestre y puede haber más restricciones que en las playas de otros lugares. Lea con atención todos los carteles y señalizaciones y siga sus instrucciones; algunas son consejos, otras, normas de obligado cumplimiento y su desatención puede acarrear sanciones.
No acceda a la duna rampante de Mónsul ni a la duna oolítica de Los Escullos ni a otros sitios singulares para evitar su deterioro, sufrir un accidente o una hermosa sanción, pues está prohibido.
Fotos: © JMJH
No acampe en las playas, hágalo solamente en los campamentos de turismo. Las caravanas, autocaravanas, furgonetas camper y similares entre la puesta y la salida del sol solo pueden estacionar en los lugares habilitados para ello.
Deposite las basuras en los contenedores, si los hay; si no, lléveselas hasta encontrar el contenedor adecuado o a casa. Los amontonamientos de basura que se ven a la entrada de algunas playas no son puntos de recogida, es basura tirada donde no se debe y que el viento y los animales esparcirán por el entorno.
Si juega en la playa (palas, pelotas, etc.) sea respetuoso con los demás usuarios y procure no molestar.
Si utiliza algún medio flotante (embarcaciones, hidropedales, tablas, etc.) hágalo fuera de las zonas de baño: en las playas urbanas se deberá entrar y salir por los canales náuticos debidamente señalados y moverse siempre fuera de la zona balizada para bañistas. En las playas no balizadas, se hará a más de 200 metros de la orilla o de 50 metros en zonas de acantilados.
No ponga música a gran volumen ni produzca sonidos estridentes.
No fume ni vapee, los humos tóxicos sobran en un espacio natural, pero si lo hace no tire la ceniza ni las colillas en la arena, guárdelas hasta llevarlas al contenedor adecuado. No las arroje nunca por el váter.
Utilice el calzado en duchas y pasarelas para evitar infecciones en los pies.
No se salte la prudencia
Siga las instrucciones de los socorristas y respete la señalización de las banderas:
Verde, baño libre por ausencia de peligro y la presencia de personal de socorro.
Amarillo, bañarse con precaución por las condiciones del mar o por la inexistencia de socorristas; entrar solamente hasta donde se hace pie y a los niños el agua no debe sobrepasarles la cintura.
Roja, prohibición de bañarse.
En playas sin vigilancia es mejor bañarse en compañía.
Es romántico bañarse de noche, pero es más seguro bañarse de día.
Vigile a los niños. Mirarlos al menos cada 10 segundos y tenerlos a una distancia que se pueda recorrer en 20 segundos como máximo.
Entrar despacio en el agua refrescando primero piernas, brazos, axilas y cuello, sobre todo si ha estado mucho tiempo al sol o ha comido recientemente.
No se lance al agua desde alturas, siempre es peligroso, aunque se conozca el fondo. Y si se tira, es mejor hacerlo de pie y si se hace de cabeza, saltar con los brazos extendidos hacia delante, protegiendo cabeza y cuello.
El sol, lo justito. Protegerse con sombrillas, sombrero, camiseta y evitando las horas centrales del día. Utilizar el filtro más adecuado para cada tipo de piel, incluso en días nublados. Las cremas con filtros solares aplicarlas con mesura, éstas también contaminan el mar. Ante cualquier cambio en manchas o lunares, acuda a su médico. Proteger la vista con gafas de sol homologadas y provistas de filtro ultravioleta y polarizador. No exponga al sol a los niños menores de tres años. No se trague el bulo del callo solar que corre por redes sociales; la pseudociencia o el afán de protagonismo de algunos influencers sin formación académica le puede llevar a un cáncer de piel, porque no es cierto que la exposición prolongada al sol sin protección consigue un bronceado saludable que evita quemaduras, no existe el bronceado saludable, un tono más oscuro en la piel implica que ya ha habido un daño previo.
Fotos: © JMJH
Evite las posibles corrientes de resaca. En caso de ser arrastrado, desplácese en paralelo a la playa hasta salir de la corriente y una vez fuera de ella nade directamente hacia la orilla. Si no logra escapar manténgase a flote “pedaleando”, grite y agite los brazos para pedir auxilio. Si hay cerca boyas, agárrese a ellas y pida socorro.
Salga inmediatamente del agua si nota escalofríos, fatiga, dolor de cabeza o dolor en la nuca, picores, mareos, vértigos o calambres. Un desvanecimiento, por breve que sea, puede dar lugar a un ahogamiento.
En caso de emergencia, o situación que haga pensar en ella o si presencia situaciones que amenacen el medio ambiente, avise a los servicios de vigilancia y salvamento, si los hay, o llame al teléfono de emergencias 112.
Juan Manuel Jerez