El Cerro Negro es uno de los bares con más tradición en Las Negras.

Se lo trabajan. Abierto todo el año y desde la mañana a la noche. Es de agradecer en pueblos fantasmas como los nuestros, que sólo reaparecen de vez en cuando, que haya un lugar así.
Tiene una pequeña terraza en una de esas calles de nuestros pueblecillos que debería ser peatonal desde hace décadas y dónde, hasta el momento, los clientes conviven pacíficamente con los motorizados.

Suele ser un lugar que en temporada alta aglutina a la gente que acude a los lugares con ambientecillo guay. Es un bar con mucho color y donde se mezclan todas las tribus urbanas.
Sorprendentemente, en la acera de enfrente, de veinte centímetros mal contados, donde nos sentábamos antes, a tomar el sol o el fresco, ahora aparece llena de macetas. Muy bonito, pero ¿a qué se debe?

No hay casa ocupada, la acera está para andar por ella o sentarse...

El alcalde de Níjar tiene una preocupación desmedida por la gente normal y las personas normales. En uno de los artículos de prensa de este verano sobre la tan “trajinada y conflictiva” playa de San Pedro, el alcalde repite insistentemente que San Pedro debe ser una playa donde pueda acudir la gente normal. Todos los que este verano hemos visitado San Pedro hemos comprobado que allí no había ninguna persona “anormal”. Estaríamos muy, muy interesados en que el alcalde aclare sus palabras, porque nos podríamos sentir muy ofendidos y él ser acusado de cosas bastante feas y políticamente muy poco correctas.

Las obras del paseo marítimo de Las Negras y la desembocadura de la rambla están, diríamos que, recién acabadas.

Es por tanto razonable que pensemos que nunca van a estar en mejor estado.
Un nuevo foco de insufrible olor a alcantarillado se padece en el centro más remozado de Las Negras, durante todo el año y más en verano. Una filtración permanente de aguas fecales humedece la arena a la entrada de la playa.