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Pre-parque de transición entre el modelo agrícola y el espacio natural |
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Pre-parque de transición entre el modelo agrícola y el espacio natural
“Investigación de la evolución socioeconómica del litoral almeriense, propuesta de creación de Pre-parque y Centro Cultural de Interpretación del Paisaje de Cabo de Gata-Níjar.”
Este artículo es el tercero de una serie de cuatro textos que publicaremos en esta revista, y que recogen el trabajo de investigación completo y proyecto fin de carrera del arquitecto José Carlos Fernández Martínez, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (Universidad de Granada)
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Sentadas las bases de la principal problemática del lugar así como sus propias oportunidades de desarrollo futuras, se ve necesario proponer, a través del proyecto, una redefinición del borde de contacto entre el límite del Parque Natural y el Campo de Níjar.
Como anunciamos con anterioridad, el límite de un espacio natural no debe responder a parámetros políticos o administrativos. De hecho, es de destacar que la naturaleza posee sus propios límites, unos mecanismos propios de funcionamiento en los que intervienen una gran cantidad de factores: el curso del agua, la presencia de ríos, ramblas, movimiento de la avifauna del lugar -que constantemente redistribuye la naturaleza con su paso-, las estaciones del año. Incluso el paso del tiempo es testigo de una evolución natural.
Es de destacar que, durante este período de treinta o cuarenta años, se ha definido de forma muy precisa el sistema en que la agricultura intensiva se implanta en el territorio, cómo se organiza todo un mundo que no se fundamenta simplemente en el mero invernadero físico, sino que lleva detrás un extraordinario entramado logístico, multitud de empresas, fábricas, cooperativas, familias, cuyos recursos económicos dependen de la suerte o fortuna de la producción del invernadero.
Sin embargo, es necesario establecer unos límites para una actividad que, en ocasiones, como ya se ha visto a lo largo de esta investigación, tiende a ser contraria o perjudicial para un medio físico amenazado y a su vez necesitado de una puesta en valor.
El sistema de implantación del invernadero está minuciosamente pensado, pero… ¿qué ocurre cuando un invernadero -que no deja de ser una estructura meramente temporal- desaparece del territorio? Hoy en día la industrialización del invernadero está tan avanzada que casi se aprovecha cualquier rincón de una colina o del borde de una rambla para convertir dicho emplazamiento en un lugar idóneo para producir. Si recorremos el propio Campo de Dalías, podremos apreciar cómo a los pies de la Sierra se suceden auténticas obras ingenieriles, al igual que ocurrirá a los pies de la Serrata de Níjar. En este sentido, dicho sistema no se aleja mucho del propio urbanismo especulativo llevado a cabo en otras zonas litorales. No obstante hay una gran diferencia: la temporalidad y versatilidad del sistema.
La propuesta territorial surge de estas dos cuestiones: ¿Qué ocurre cuando se retira un invernadero? ¿Es posible revertir parcialmente la ocupación redistribuyendo los elementos en el territorio de acuerdo a premisas medioambientales?
Propongamos unos criterios de “desocupación”, un plan de regeneración del territorio estudiado y sobre todo planificado. Se propondrá un nuevo límite más “natural”, que será una franja territorial donde no se frene a la naturaleza y a la vez se permita cierta actividad agrícola. Para ello, definiremos unos criterios en los cuáles nos basaremos para decidir qué puntos de dicha franja o colchón deben ser más protegidos, y cuáles son más aptos para ser ocupados.
Establecemos, con tal fin, un esquema de planificación temporal a través del cual se llevará a cabo un lento proceso de “desocupación–regeneración–nueva ocupación”; porque eso es cierto, no podemos eliminar elementos del territorio sin proponer nuevas alternativas. El acercamiento que hemos realizado a todo el litoral levantino almeriense nos da las pistas acerca de qué espacios son más aptos para ser ocupados, y por tanto tenemos criterios suficientes para proponer dicho “traslado sucesivo”.
Para que el proceso de creación de ese nuevo Pre-parque de protección sea efectivo, es necesario coordinar todos los procesos y procurar garantizar dos cosas. Por una parte la regeneración del medio físico, mediante labores humanas inicialmente, y la propia naturaleza por sí misma en una segunda fase. Por otra parte la garantía del mantenimiento de la productividad agrícola, controlando con precisión la labor de “desmonte y monte” de las estructuras invernadas.
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Esquema:
Sistema de ramblas de la Serrata de Níjar y en negro los tramos que se pretenden recuperar. (elaboración propia)
> ampliar esquema (descargar PDF)
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Establecimiento de zonas de prioridad para la regeneración y criterios de urgencia
Si nos paramos un segundo a pensar, inmediatamente llegaremos a la conclusión de que cuando se trata de “naturaleza” y “medio ambiente” el agua es el elemento que lo condiciona todo. Por tanto la primera premisa consiste en permitir su paso en zonas donde se ha impedido. Una vez que el agua transcurre libremente por el territorio ya tenemos más de la mitad del trabajo hecho.
En períodos relativamente cortos de tiempo comenzará a resurgir vegetación de borde de rambla (juncos, retamón, azufaifo, lentisco, adelfta, romero blanco, retama, caña, anea...). A continuación la vegetación de borde de rambla dará lugar al crecimiento de especies fitófilas, de mayor porte y densidad como son algunas especies de matorral denso (esparto, esparragueras, palmito, efedra, romero hinojo…)
Además, a la vez que la naturaleza realiza su propio proceso, se llevarán a cabo labores de plantación de especies endémicas del Parque Natural, ya que actualmente hay más de 300 especies en peligro de extinción. Las especies vegetales de gran porte (especies leñosas), mediante labores humanas en parte y otra parte por propia labor de la naturaleza, comenzarán a resurgir en un período de 4 a 5 años.
Procederemos, por tanto, a detectar las zonas de prioridad, fruto de un proceso comparativo entre la situación de las ramblas en los años 60 –concretamente con la ortofoto del vuelo americano realizado sobre toda la Comunidad Autónoma en el año 1957– detectando las principales líneas de ramblas cuyo cauce ha sido roto por la superposición de invernaderos. A menudo tiende a olvidarse que las ramblas son elementos con una gran fuerza natural, cuyo cauce no siempre es visible. De hecho, la mayor parte del año, no presentan agua en su superficie a pesar de que la subterránea sí transcurre por las mismas. En épocas de lluvias torrenciales son capaces de transportar grandes cantidades de agua.
El estado al que se pretende llegar tras un lento proceso de regeneración no aspira a obtener una imagen final precisa, sino que tan solo proponemos un sistema, un esquema de funcionamiento. Dicha imagen dependerá de multitud de factores ajenos al proyecto realizado, y será la conformada por la propia naturaleza. Por tanto, en lo que concierne a la situación de las ramblas, se propone la planificación temporal por períodos y la búsqueda de la rentabilidad económica del sistema trasplantado.
Clasificamos las zonas a intervenir de la siguiente manera:
1) Zonas más altas de los cauces actualmente rotos de las ramblas donde se produce el punto de discontinuidad de las zonas conservadas y la ocupación del invernadero. Se trata de las cotas de nivel más elevadas y cercanas a su vez al Parque Natural.
2) La zona intermedia entre los pies de la Serrata y el llano del Campo de Níjar. Debido a la menor pendiente de esta zona la cantidad de agua que llega a estos puntos es menor.
3) Zonas de terminación de ramblas, al menos en lo que concierne a su cauce superficial. Ésta será la franja territorial más alejada del Parque y está plenamente integrada en lo que es el Campo de Níjar.
Con esto conseguimos una intervención donde el límite final es un espacio discontinuo, borroso, cambiante; donde el límite está en los espacios donde la naturaleza realmente lo reclama, y no responde directamente a cuestiones de distancia o proximidad al Parque Natural. Además es de destacar que la liberación de dichas franjas de invernadero generaría unos corredores naturales, que antiguamente existían conectando con la Sierra de Alhamilla, utilizados por gran cantidad de avifauna en sus movimientos migratorios.
Proceso de recuperación del territorio en 400 m2
Las tipologías estructurales existentes de invernaderos se basan en estructuras muy sencillas y altamente prácticas. Su montaje y desmontaje es un proceso relativamente bastante rápido y no requiere gran cantidad de mano de obra. Hoy en día existen empresas que serían capaces de montar y desmontar el Campo entero de Níjar en cuestión de meses, si se lo propusieran. Es por ello que es posible planificar y prever temporalmente el proceso de desmontaje de dichas estructuras.
Contrastados los datos de diferentes empresas dedicadas a tal labor, se estima que una superficie de 400 m2 es desmontada en el tiempo de 1 día laborable, y podría volver a ser montada aún en menos tiempo. Para el desmontaje de un invernadero de una forma eficaz y para respetar dicho plazo temporal serían necesarios 5 operarios y el proceso llevado a cabo consistiría en la retirada y almacenaje (en el caso de ser todavía útil) del plástico, metacrilato u otro material que forma la envolvente, retirada de los elementos tensores de la estructura principal y, por último, desatornillar la perfilería metálica estructural.
Tras el desmontaje de la estructura comenzarían los trabajos de recuperación de la edafología y fisionomía de las ramblas, con el correspondiente previo estudio histórico-comparativo (del cual ya se han dado unos primeros indicios o pinceladas a través de la comparativa realizada con las ortofotos históricas). Tras la correspondiente primera labor humana, las ramblas recuperan su cauce y en un período de meses comenzará a crecer la vegetación del lugar; como ya se mencionó, se aprovecharán las zonas recuperadas para cultivar especies actualmente endémicas del Parque Natural. |
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Esquema:
Comparativa entre el estado original en los años 60 y el actual las 4 ramblas indicadas en el mapa de la página 27. (elaboración propia)
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Reubicación de la superficie de invernadero desmontada en zonas territoriales más aptas para su uso
Para realizar dicho proceso y garantizar su rentabilidad económica, en el proyecto se han analizado los diferentes costes y beneficios que conlleva todo el proceso de la actividad del invernadero, desde los propios de construcción hasta la rentabilidad económica debida a su producción. Se llega a la conclusión de que con costes relativamente bajos de montaje de estructura, acondicionamiento del terreno y del propio invernadero, el beneficio obtenido por la producción es cuantiosamente superior.
Por tanto, mediante un proceso simultáneo de traslado de dichas superficies invernadas progresivamente a otras zonas del territorio, es posible mantener dicho beneficio. Las parcelas territoriales que se destinarán a la recepción de estas nuevas superficies serán fruto del estudio que se ha realizado a gran escala en los anteriores esquemas y que suponen lugares de mucho menor valor ambiental que el propio Parque Natural y la Serrata de Níjar. Además, se trata de terrenos cuyos acuíferos disponen de mucha mayor capacidad hídrica, tal y como se analizó en el estudio de las capacidades hídricas de los acuíferos de la comarca, sobre todo debido a que no se trata de un acuífero salinizado, como es el de la Comarca de Níjar.
Se propone como zona de implantación de los invernaderos los terrenos situados entre el Valle del Andarax y el pueblo de Retamar; siendo este un terreno cuya orografía permite una implantación de dicha superficie sin apenas modificación de la edafología del lugar, además de estar estratégicamente situado entre los principales ámbitos agrícolas –Campo de Dalías y campo de Níjar–. Con el tiempo progresivamente podrían descongestionarse también ciertas zonas invernadas del Campo de Dalías hacia este lugar, dando como resultado una utilización mucho más homogénea del territorio en cuanto a uso agrícola, tal y como ocurría en el esquema histórico que estudiamos de la década de los 60.
Es importante definir el proceso, aunque sea de forma general, y realizar una estimación aproximada del tiempo de ejecución del mismo. Para ello se ha investigado a través de empresas de montaje e implantación de invernaderos, así como los procesos y métodos de regeneración de un territorio degradado, tal y como se establece en el PORN de Níjar (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales).
A continuación se ha esquematizado para la superficie media de un invernadero (400 m2) cuál sería la metodología a seguir, el número de mano de obra aproximada para cada unidad ejecutada (a nivel muy genérico) y tiempos aproximados para cada una de las fases del proceso.
Para los casos en que no sea posible la reutilización de las estructuras existentes debido a la antigüedad y su mal estado de conservación, el propietario podría ser beneficiario de mecanismos de compensación económica. Además, se propone una nueva tipología de invernadero, mucho más respetuosa con la edafología existente y que genera un impacto mínimo en el territorio donde se implanta.
Definición del esquema de planificación temporal para la creación del Pre-parque en un período de 25 – 30 años
Primero estableceremos una definición de lo que entendemos como Pre-parque en este contexto. Según la enciclopedia universal del español, se trata de una figura legal que protege el entorno inmediato de un parque natural.
Por tanto queda claro que el principal objetivo de dicho espacio o franja será la protección de los ecosistemas que encontramos dentro del Parque.
Se ha estudiado la planificación del Preparque en sección, de tal forma que existe una relación directa entre la proximidad al Parque y pendiente del terreno con la prioridad de desocupación del lugar. De forma simplificada, la propuesta del Pre-parque trata de regenerar este espacio a modo de avanzadilla hacia el Campo de Níjar.
Para finalizar la creación de este espacio o franja de colchón se realizará el cosido del actual tejido dejado como huella de los invernaderos, ya que existen innumerables caminos y senderos que no tienen ni deben desaparecer. Se ha elaborado, para ello, un esquema preciso del tejido parcelario y caminos que hay actualmente en el territorio, y que seguirían estando ahí al realizar la reversión de la ocupación del invernadero en ciertos lugares. Para generar un Pre-parque es preciso realizar una labor de cosido de dicho entramado, tanto por la relación longitudinal de toda la franja, como por la continuidad de los diferentes senderos y rutas existentes.
Integración del tranvía en la franja estudiada de Pre-parque como elemento ecológico y de puesta en valor
Minuciosamente estudiada la actividad económica, el carácter de los núcleos poblacionales del interior y exterior del Parque, las actuales condiciones y futuras previsiones de desarrollo, se propone la inclusión de un tranvía en conexión con la autovía y futuro ferrocarril Euromed, que recorrerá el lugar. Se ha considerado adecuado establecer siete puntos de parada, siendo éstos los nodos más relevantes, a los cuales el tranvía debe dar acceso. Partiendo del actual Centro de Artes Escénicas situado en Níjar –debido al carácter cultural que se pretende dar al nuevo transporte–. A continuación, tendrá parada en Campohermoso –principal núcleo económico–, para seguir hacia el propuesto Centro de Interpretación del Paisaje y Recepción de visitantes –en el límite del Parque asociado al viario existente–. Continuará hacia Las Negras y Rodalquilar –donde se encuentra el Centro Administrativo del Parque–, y por último el tranvía terminará su trayecto en San José.
Además de unificar todos los núcleos históricos del Parque con aquellos agrícolas y la capital municipal, se encargará de entrelazar y poner en valor toda la cantidad de hitos culturales, naturales e históricos esparcidos por el territorio, que actualmente se encuentran en estado de abandono. Su labor paisajística se concibe esencial, además de la importancia de introducir un transporte de pasajeros hacia el Parque mucho más ecológico que el actual. La orientación y distancia de cada tramo respecto al elemento a destacar ha sido estudiada de forma precisa para que el observante vaya descubriendo este maravilloso paisaje paso a paso. José Carlos Fernández Martínez
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