Este año la Semana Santa se precipita, como se precipita todo por culpa de las elecciones generales y autonómicas. Todo el mundo se ha vuelto ecologista, conservacionista y unos cuantos “istas” más, algunos incluso se han vuelto fascistas, racistas y, sobre todo, oportunistas..

Inaccesible al desaliento llega el nuevo Eco del Parque con más ganas que nunca y más moral que el Alcoyano.

Para no perder la costumbre, los responsables de Medio Ambiente siguen cacareando pero sin terminar de poner el huevo. Siguen tratando de hacerse más verdes que nadie con la anticuada técnica de repetirlo por activa y por pasiva, sin hacer el más mínimo esfuerzo por proteger nada y sin que se lo crean ni ellos mismos.

El nuevo PORN ha aparecido de golpe y a golpe de decreto, anunciado a bombo y platillo con evidentes falsedades y escondiendo las segundas intenciones que hemos denunciado repetidas veces. Además, nos siguen toreando con el juicio del Androcibium.

Respecto a Marina de Agua Amarga, las noticias parecen mejores, pero aquí no tiramos cohetes, que luego bajamos la guardia y nos podemos quemar.

Al macrohotel del Algarrobico le ha salido un poema y se ha desestimado una de las ayudas que el ayuntamiento de Carboneras trataba de darle a Azata, luchando a brazo partido para que no se impusieran los 100 metros de costa que el Ministerio tenía previsto para la zona. Pero es solo un primer paso, queda mucho hasta la demolición y vamos a seguir recogiendo firmas que nos tememos que van a hacer falta. Os animamos a recopilar firmas con la hoja que encontreís en la página 15 y que también está disponible en formato PDF en nuestra web www.cabodegata.net.

Os recordamos nuestras rutas de senderismo que están teniendo mucho éxito tanto por la numerosa asistencia como por lo bien que lo pasamos todos cada vez.

La primavera nos tiene a todos bastante alterados y a los más incautos esperanzados. No os fiéis, que esos que salen en la tele diciendo que lo van a proteger todo, son como los marines norteamericanos, se camuflan bajo unas ramas verdes, pero debajo esconden artillería pesada.
Menos mal que los Amigos del Parque no estamos en peligro de extinción.

Redacción de El Eco