Editorial
Orgullosos tenemos que sentirnos al conocer que la última revisión del protocolo de Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo, ZEPIM, aprobado en 1999 por el Convenio de Barcelona y propiciado por Naciones Unidas, considera que el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es un modelo a transferir a otras áreas marinas protegidas del Mediterráneo. La comisión técnica que nos ha visitado en abril mantiene que, entre los aspectos más valorados, está la implicación de la población local en los procesos de planificación y ordenación de la zona y la gestión de sus excepcionales valores, así como la existencia en el territorio de oportunidades de desarrollo sostenible.
La comisión afirma que este espacio natural mantiene en buen estado de conservación especies endémicas o en peligro de extinción. Además han observado múltiples formas de adaptación de las plantas a la sequía. También consideran el enclave un lugar idóneo para conocer endemismos ibero-norteafricanos, o lo que es lo mismo, especies únicas en el continente europeo, que describen el pasado geológico y biológico común del sureste andaluz y del continente europeo. Entre los elementos vegetales más destacados, que tenemos en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, se encuentra una de las mayores y mejores praderas de posidonia del Mediterráneo. Una planta marina capaz de absorber importantes cantidades de dióxido de carbono, C02, que tanto perjudican al medio ambiente.
Foto: Cala del Carnaje © José Gálvez
Por otro lado, es muy interesante que se esté intentando instalar en Carboneras una planta industrial de microalgas. Una actividad limpia que también ayuda a acabar con las grandes cantidades de dióxido de carbono que el ser humano lanza a la atmósfera, y que es uno de los grandes causantes del calentamiento global y del cambio climático. Las microalgas son microorganismos vivos capaces de captar el C02 y transformarlo en alimento, limpiando, de paso, el aire. Lo llamativo es que esta iniciativa la ponga en marcha la Central Térmica de Carboneras, una de las tres plantas de este tipo más contaminantes de España. Eso sí, detrás del proyecto, hay varias empresas e instituciones de investigación de las más destacadas de nuestro país, como el Centro Superior de Investigaciones Científicas o la Universidad de Cádiz. Quizás es que hemos empezado a darnos cuenta de que en las industrias limpias está el futuro del ser humano y que, también, son generadoras de riqueza.
Por todo ello, sorprende que ahora se quiera utilizar el puerto de Carboneras para poner en marcha un proyecto de transporte de los materiales de mineral de hierro de Minas de Alquife, en el Marquesado de Zenete (Guadix, Granada). Los vecinos de este pueblo, cuyo municipio ocupa gran parte del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, han puesto el grito en el cielo y han pedido que no hipotequen el futuro de su localidad, que ya sustenta una importante presión por parte de otras industrias contaminantes, como la mencionada Central Térmica o la planta cementera. ¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de cuál es el camino lógico que hay que seguir?
Antonio Hermosa
Miembro de la Junta directiva de la Asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar