Sorpresas entre las rocas

Hablar de helechos es hablar sobre la historia evolutiva de las plantas en relación a su conquista del medio terrestre; 300 millones de años atrás las adaptaciones que fueron surgiendo en este grupo de plantas les permitió alejarse del agua y colonizar la tierra. Aun así, al igual que otras plantas primitivas, los helechos mantienen una estrecha relación con el agua para su reproducción puesto que sus esporas germinan en ambientes húmedos y en su ciclo vital los gametos masculinos y femeninos necesitan del agua para encontrarse.

Foto: Herrerillo capuchino: carbonerillo © José Rivera Menéndez

Esta dependencia del agua favorece su presencia en entornos húmedos y evocan en nuestra mente paisajes tropicales, húmedos y exóticos. Por ello, si revisamos el listado de los más de 1000 taxones descritos para la flora del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar nos sorprenderá en ella la presencia de varios helechos de distintas familias. ¿Cómo es posible la presencia de este grupo de plantas en estos ambientes tan secos? Una vez más son las adaptaciones frente a la desecación las que lo hacen posible: esporas que entran en latencia en periodos secos, cutículas que cubren las hojas para reducir su desecación o tejidos vasculares más eficaces.

Entre los helechos del Parque se encuentra el polipodio de roca, o puli puli (Polypodium cambricum), que se distribuye de forma amplia por todo el Mediterráneo occidental. Presenta un rizoma rastrero cubierto de escamas pardo rojizas, que lo protegen frente a la insolación y la desecación. Sus frondes (los helechos no tienen hojas en sentido estricto) son de color verde amarillento y aunque pueden alcanzar los 50 cm de altura, en el Cabo de Gata rara vez superan los 20 cm. Estas frondes están muy dividas, con los bordes de las divisiones a veces dentados y con el último par de divisiones orientadas hacia la base, rompiendo la simetría y el plano de la fronde, aspecto morfológico diferencial en el género.

Foto: Polipodio de roca (Polypodioum cambicum) © JBA

Cuando el polipodio de roca se encuentra en fase reproductiva, de enero o junio, si giramos las frondes fértiles observaremos en el envés pequeños glomérulos anaranjados dispuestos de una forma sorprendentemente simétrica a ambos lados del nervio central: son los soros, estructuras compuestas por la agrupación de los esporangios, en cuyo interior se generan las esporas, diminutas, amarillas y que se van desprendiendo conforme van madurando. Estas esporas permanecerán latentes hasta que las condiciones de humedad le sean favorables y en su germinación darán paso al gametofito, difícilmente observable por su diminuto tamaño, pero crucial en el complejo ciclo vital de los helechos porque sobre él se producirán los gametos masculinos y femeninos cuya unión generará un nuevo ejemplar.

Foto: Polipodio de roca (Polypodioum cambicum) © JBA

Foto: Polipodio de roca (Polypodioum cambicum) © JBA

En el Parque este helecho es escaso, se refugia en grietas entre rocas y en repisas orientadas al norte, normalmente en enclaves con baja insolación y en áreas donde las criptoprecipitaciones procedentes de nieblas o de la maresía, habituales en Cabo de Gata, propician una disponibilidad extra de agua. En estas condiciones más favorables podemos observarlo gran parte del año, pero iniciado el verano se deshace de sus frondes, permaneciendo en reposo e invisible, volviendo a emerger llegando octubre, mostrando de nuevo todo su esplendor.
Encontrarlo requiere algo de esfuerzo, alejarse del litoral tomando algunos de los senderos que se adentran en los barrancos más protegidos, y escudriñar las rocas hasta dar con él, momento que es siempre un deleite y un recordatorio de la increíble historia evolutiva de las plantas.

Jardín Botánico El Albardinal
Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul

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