Cartas y opiniones
Esta revista pretende ser un medio de expresión abierto y plural, por lo que la Asociación y la redacción no se identifican necesariamente con las opiniones de las cartas y/o colaboraciones esporádicas que se publican en estas páginas.
Las consecuencias del turismo estacional
Recientemente he estado recorriendo varios pueblos del Cabo de Gata.
Me ha sorprendido, no favorablemente, que una zona que depende en gran medida del turismo, especialmente durante los meses de verano, durante el resto del año la actividad económica disminuya tan significativamente, y que la gran mayoría de los establecimientos estén cerrados.
Este verano, estuve pasando mis vacaciones en Agua Amarga, donde comprobé la existencia de una “sobrepoblación estacional”. Durante la temporada alta, no solo Agua Amarga, otros núcleos de población del Cabo de Gata se enfrentan a problemas de sobrepoblación, lo que genera presión sobre los servicios públicos, la infraestructura y el medio ambiente. Produciéndose esas imágenes de aparcamientos repletos de vehículos, congestión del tráfico, basuras, escasez de recursos y deterioro de la calidad de vida para los residentes.
Foto: Coches aparcados en el Playazo de Rodalquilar © JMJH
Desde mi punto de vista, esta estacionalidad del turismo también contribuye al desempleo estacional, donde muchos trabajadores encuentran empleo solo durante los meses de verano y luchan por encontrar trabajo durante el resto del año. Esto puede generar inestabilidad económica y social en la comunidad.
La concentración de actividad económica en ciertos períodos del año puede llevar a un desarrollo desigual en la zona. Los negocios que dependen del turismo prosperan de forma espectacular durante la temporada alta, mientras que otros sectores pueden experimentar dificultades económicas durante el resto del año.
Otro problema que abordar es que el desmesurado aumento del turismo estacional puede tener un impacto negativo en el medio ambiente del Cabo de Gata, incluida la contaminación, el agotamiento de los recursos naturales, la degradación del paisaje, la contaminación acústica y lumínica, etc. Se hace necesaria una regulación adecuada, por parte de las Administraciones, para mitigar estos problemas.
Foto: Coches aparcados en un talud © JG
No soy un experto, pero mi sentido común me dice que para hacer frente a estos problemas derivados de la estacionalidad es fundamental diversificar la economía local, promover el turismo sostenible, mejorar la infraestructura fuera de temporada alta, y desarrollar programas de formación y empleo que reduzcan la dependencia del empleo estacional.
Creo que podría ayudar a romper esa estacionalidad, la puesta en marcha de los equipamientos de uso público que tiene el Parque, como el aula de la naturaleza de Rodalquilar o el Aula del Mar del Corralete, que según me han dicho, llevan muchos años cerradas y podrían estar funcionando durante todo el año.
También se requiere una planificación cuidadosa y una gestión ambiental responsable para proteger los recursos naturales del Cabo de Gata y garantizar su sustentabilidad a largo plazo.
Luis Castaño y dos viajeros más