Cartas y opiniones

Esta revista pretende ser un medio de expresión abierto y plural, por lo que la Asociación y la redacción no se identifican necesariamente con las opiniones de las cartas y/o colaboraciones esporádicas que se publican en estas páginas.

Árboles con insomnio

Algunos pusimos el grito en el cielo, y letras en el Eco del Parque, cuando vimos que, en el transcurso de la remodelación de la plaza de San José, fueron retirados los hermosos árboles que la adornaban, pero medio nos conformamos al enterarnos de que no iban a la basura, sino que se trasplantaban al parque La Molina. Y allí están, pero, a falta de una iglesia con torre mudéjar para tener monumentos iluminados, como todo pueblo que se precie, eligieron colocarlos frente a unos enormes farolones que los alumbran durante toda la noche, aunque en la zona no haya gente para contemplarlos ni otra causa que justifique el resplandor. Y los árboles van muriendo uno a uno, no sabemos si por nostalgia de su antiguo lugar en la plaza, hoy ocupado por otros más raquíticos que dejan más espacio para las mesas de los bares, o del insomnio que les produce la luz blanca permanente alterando sus ciclos circadianos.

Foto: Árboles en el Parque de La Molina de San José @ JMJH

Es curioso que La Molina, que alguien describió como la “joya verde de San José”, ha sido parcial y progresivamente desforestada para construir instalaciones deportivas y un descampado solo útil los tres o cuatro días al año que se celebran en él unas fiestas, con gran contaminación acústica, y algún que otro acontecimiento. Sus zonas de paso están suficientemente iluminadas por unas farolas de luz cálida, más agradable y menos dañina que la luz blanca, a pesar de lo cual, unos grandes farolones de luz blanca alumbran excesivamente la soledad durante toda la noche, todas las noches del año, y regalan al cielo un brillo que éste no ha pedido y a las viviendas cercanas una luz que no necesitan.

Foto: Árboles en el Parque de La Molina de San José @ JMJH

Puede que dicha iluminación sea necesaria algunos pocos días al año en los que se celebran determinados acontecimientos, pero es totalmente inútil el resto de las noches. Pensamos que si alumbrar de manera innecesaria es electricidad desperdiciada, dinero malgastado y contaminación ambiental, supone un contrasentido hacerlo en las poblaciones de un parque natural donde debería evitarse la contaminación lumínica, sobre todo en tiempos de cambio climático en los que se impone el ahorro energético. Y es que, para iluminar, además de luz, hacen falta luces.

Juan Manuel Jerez

https://cabodegata.net/09-la-paradoja-de-los-ledes-menos-energia-mas-contaminacion-luminica-eco-no18/

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