Aljibes abandonados en el Parque
Los aljibes abandonados son trampas letales para la fauna de Cabo de Gata.
En una tierra árida como el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, marcada por la escasez de agua, una de las principales necesidades de sus habitantes a lo largo de la historia ha sido buscar formas de captar y almacenar agua, tanto para su propio uso, como para el ganado y el riego. Entre las soluciones encontradas, una de las más extendidas fueron los aljibes, que no son más que depósitos subterráneos capaces de almacenar el agua de lluvia durante largo tiempo.
Este tipo de estructuras, muy bien representadas dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, representan, sin duda, uno de los elementos identitarios de este territorio, estando incluso algunos de ellos, inscritos como bienes etnológicos, desde 2001, en el Catálogo General de Patrimonio Histórico.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el abandono del campo, las nuevas infraestructuras hidráulicas y la casi total desaparición de la ganadería trashumante, han tenido como consecuencia su progresivo abandono. Muchos de ellos, especialmente los grandes aljibes ganaderos, han perdido su funcionalidad, pues la falta de mantenimiento de sus zonas de captación ha llevado a que actualmente no recojan el agua de lluvia. Aunque algunos de ellos se encuentran actualmente integrados en forma de “elemento conservado”, lo que conlleva un mantenimiento y una puesta en valor de sus propiedades etnográficas, son muchos los que simplemente forman parte de este paisaje como una ruina de lo que fueron. Son estas ruinas, dejadas a su suerte, las que representan una amenaza potencial para la fauna de la zona.
Muchos de los aljibes que hemos visitado se encuentran en claro abandono y desuso, con entradas o salidas no selladas correctamente o deterioro en la cúpula o perímetro del aljibe, permitiendo la entrada de animales. Otros aparecen directamente como una oquedad en el suelo, sin señalización alguna, lo que supone un peligro, no sólo para la fauna, sino también para los propios habitantes de la zona. Estos aljibes abandonados actúan así como trampas de caída para diversos animales muchas veces insalvables. Entre los grupos más afectados, destacan los anfibios y reptiles, pero también los mamíferos.
Muchos, la mayoría, probablemente caigan fortuitamente mientras deambulan por sus territorios, mientras que otros pueden entrar activamente, buscando humedad, refugio o incluso alimento, atraídos por la presencia de otros animales caídos.
Algunos animales, especialmente los mamíferos, pueden morir directamente al caer, pero lo normal es que queden atrapados, alargando así la agonía. Cabe recordar que la función de estas estructuras era almacenar la máxima cantidad de agua posible, por lo que sus paredes de varios metros verticales y prácticamente sin ningún tipo de saliente, por donde poder trepar, no deja opción alguna al animal. La inanición o una posible inundación del aljibe terminan, muchas veces, por ser fatales para el animal.
Varios de los aljibes más problemáticos que hemos encontrado dentro del Parque Natural son algunos grandes aljibes presentes en el entorno de las salinas, Rodalquilar, Fernán Perez, Mónsul y Rambla Morales. Si bien, seguramente hay muchos más, pues quedan bastantes por revisar. Entre las especies más afectadas aparecen el sapo corredor (Epidalea calamita), la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), culebra de escalera (Zamenis scalaris), lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus), conejo (Oryctolagus cuniculus), erizo (Erinaceus europaeus), incluso cabras y perros.
Foto: Esqueleto de animal muerto © Serbal Almería
Foto: Rescate de culebras © Serbal Almería
Durante nuestras visitas hemos podido rescatar animales que aún se encontraban vivos, aunque con claros síntomas de deshidratación, asi como delgadez causada por la falta de alimento. Hemos comprobado que, a diferencia de otras problemáticas asociadas a la fauna, la mortalidad por caída en estas trampas pasa prácticamente desapercibida tanto para la población como para las entidades gestoras, suponiendo una amenaza directa para las poblaciones de estos animales que, en el caso de algunas poblaciones amenazadas, puede ser preocupante.
Aunque estas situaciones no tienen una solución fácil, debido a los cientos de aljibes existentes, muchos de ellos no inventariados, hay que exigir responsabilidad por parte de la persona/entidad propietaria del aljibe. Entre las medidas correctoras a llevar a cabo, hay que reclamar el correcto sellado de todas las entradas desde el exterior al aljibe, especialmente de la zona de decantación, así como el mantenimiento de la estructura de la cúpula y perímetro de este, reparando posibles deterioros.
Foto: Aljibe abandonado © Serbal Almería
Por último, especialmente para los que siguen en uso, es también recomendable la instalación de rampas laterales o muros de ladrillos, a modo de escalera, para facilitar la salida de los animales. Algunas de estas medidas ya las hemos llevado a cabo nosotros en ciertos aljibes abandonados y muy problemáticos, y hemos comprobado cómo una simple tela metálica tapando la entrada del aljibe supone que dejen de caer animales.
Desde SERBAL trabajamos actualmente en la elaboración de un estudio dentro de este espacio natural, que tiene como objetivo obtener datos reales sobre el alcance de esta problemática. Queremos con él realizar un inventario de aljibes y detectar aquellos más problemáticos con el fin de abordar medidas correctoras y evitar posibles perjuicios para la fauna local.
Mauricio Santa Trejos
SERBAL, Sociedad para el Estudio y Recuperación de la Biodiversidad Almeriense
https://serbal-almeria.com/