Vida natural

El movimiento Cittaslow, un ejemplo a seguir

Cittaslow, que significa “ciudad lenta”, es una red internacional de pequeñas ciudades que promueve, entre otras cosas, el turismo sostenible.
Estos municipios están comprometidos a hacer un bajo impacto sobre el medio ambiente con actividades respetuosas con el entorno natural, cultural y social para alcanzar un conjunto de metas que aspiran a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y sus visitantes.
Aplican una política ambiental diseñada para mantener y desarrollar las características de su zona circundante y su tejido urbano, poniendo énfasis en técnicas de recuperación y reutilización. Una de sus metas es poner límites a la propagación de la “vida rápida”, para ello los ciudadanos deben recuperar la localidad, no dejarla en manos de las grandes empresas, de los automóviles, de las industrias contaminantes, de grandes inmobiliarias y del ímpetu desarrollista y contaminante, sino que, por el contrario, deben luchar por una ciudad compartida, acogedora, con espacios públicos donde los encuentros sean posibles y con los valores de una comunidad que permite disfrutar de un intercambio positivo y equilibrado de experiencias entre residentes y visitantes.

Foto: Bubión, el único municipio andaluz adherido a Cittaslow © JMJH

Foto: La Negras © JMJH

Foto: Bubión, el único municipio andaluz adherido a Cittaslow © JMJH

Foto: Las Salinas de Cabo de Gata © JG © JMJH

El movimiento nació en Italia hace menos de un decenio. Ahora hay más de 200 ciudades en 30 países de todo el mundo, de las cuales 12 están en España, siendo Bubión, en La Alpujarra, el único municipio de Andalucía adherido a este programa.
Apuestan por una agricultura tradicional con menos dependencia de los aportes de energía y de agua, por la biodiversidad como fundamento de la seguridad alimentaria y base de la agricultura ecológica y biológica, por los cultivos tradicionales y autóctonos, por el consumo limitado del agua como recurso escaso, por potenciar la diversidad de cultivos y conocimientos para adaptarse al cambio climático, por la gastronomía típica y productos autóctonos y de calidad. Pretenden revalorizar el patrimonio histórico, reducir los consumos energéticos, promocionar las tecnologías ecológicas, multiplicar las áreas verdes y espacios de esparcimiento, la limpieza de las localidades, priorizando los transportes colectivos y otros medios no contaminantes, la reducción de los residuos y desarrollo de programas de reciclaje, multiplicar las zonas peatonales, potenciar los comercios de proximidad y el desarrollo de infraestructuras colectivas y equipamientos adecuados para minusválidos y personas de todas las edades, preservar, desarrollar las costumbres y tradiciones locales y enseñar y compartir en las escuelas y comunidades a crear una mayor calidad de vida,

Foto: Antiguas minas de oro de Rodalqular © JG

Foto: Horno en El Argamasón © JG

Foto: Molino de Fernán Pérez © JG

Foto: Agua Amarga © JMJH

Esta forma de vida, que al fin y cabo coincide con muchos de los planteamientos de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, es lo más adecuado para el desarrollo sostenible y duradero de las localidades de nuestro Parque, si bien no es fácil su adhesión al programa, además de por la actual voracidad desarrollista de administraciones y empresarios, porque solamente se pueden acreditar municipios, no localidades y quizás no sea posible o no les interese para todo el municipio de Níjar, por el desarrollo agrícola de las zonas de interior, o al de Carboneras por sus instalaciones industriales y al de Almería porque Cittaslow solo está abierta a ciudades de menos de 50 mil habitantes.
No obstante, si en alguno de estos municipios hubiera un equipo de gobierno o alcalde o concejal motivado, se podía intentar o, en todo caso, adoptar los principios y metodología de este movimiento para, teniendo en cuenta que estamos en un espacio protegido, poner en marcha programas similares que eviten que la zona se convierta en un parque temático al servicio de la turistificación depredadora y sus consecuencias, como la falta de respeto a las culturas locales y su desaparición, la pérdida de espacios naturales por la urbanización, el abuso de los recursos naturales y su agotamiento, especialmente el agua, el colapso de los servicios públicos, las emisiones del transporte, la contaminación acústica y lumínica y la consiguiente pérdida de calidad de vida.

Juan Manuel Jerez

Para saber más:
https://cittaslow.es

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