Reflexiones sobre el paisaje

El Espacio Expositivo L´Atelier-Níjar nos invita a reflexionar sobre el paisaje a través de la mirada de 30 artistas.
Del 8 de julio al 30 de septiembre en c/ La Carrera nº3 Níjar

Foto: © Jordi Garriga

Podemos preguntarnos si el paisaje existe como tal o únicamente cuando hay un testigo, un observador que lo mira.
Si un animal observa el paisaje, es para buscar un refugio, huir de un peligro o buscar comida. El hombre también, pero además puede ser sensible a su configuración. Y puede admirarlo por su particular belleza. Tras las lluvias de este año la vegetación ha estallado mostrando su exuberancia, sus colores, el oro de las gramíneas maduras. Todos hemos disfrutado de paseos para no perder ninguna de estas maravillas.

El Parque de Cabo de Gata, el valle de Lucainena, el desierto de Tabernas son siempre cambiantes y espectaculares.
Pero el hombre puede también transformarlo: domesticarlo, modelarlo, someterlo para que sirva a sus propósitos y se adapte a sus necesidades. De forma deliberada e intencional, puede cambiar totalmente un espacio natural, lo que tiene influencia, además de en el equilibrio entre fauna y vegetación, en el modo de vida, las costumbres y las tradiciones de una comunidad, dotándolo de un valor histórico específico.

Historia del paisaje.
Que sea Natural, Marino, Rural, Urbano, Cultural, Onírico, de Desierto, de Montaña, etc. los artistas lo han representado de numerosas formas según su sensibilidad y época.

En China, ya en el s. V, se pintaban paisajes monocromos con tinta china.
Inspirado por la tradición taoísta este tipo de pintura se llama Shan shui. Considera que los humanos y los animales viven en equilibrio con la naturaleza. Como el símbolo del yin y el yang, esta idea de equilibrio se manifiesta a través del contraste entre las montañas robustas y el agua dulce de los ríos y cascadas.
“La pintura Shan shui no es una ventana abierta para el ojo del espectador, sino un objeto para su espíritu, como un vinculo filosófico”. Ch’eng Hsi

En occidente el paisaje aparece como fondo de escenas de otros géneros (retratos, escenas bíblicas o históricas) hasta constituirse como género autónomo en la pintura holandesa en el siglo XVII.
Se generaliza gracias al mayor conocimiento de la representación del espacio y del dibujo, del color, de la composición, de la perspectiva lineal y atmosférica. Quizás también por un cambio en la sociedad y la curiosidad de tener una ventana abierta sobre otros horizontes.
Como ejemplo tenemos los paisajes con cielos infinitos y majestuosos de Jacob Ruisdael (1628-1682).

La lista de los pintores que se inspiraron en el paisaje es interminable y resulta extraño ver que hay una multitud de artículos que hablan de la influencia del hombre sobre el paisaje, pero muy pocos sobre la influencia del paisaje sobre el hombre.
Sin embargo, William Turner (1775-1851) se interesaba por la filosofía sublime y consideraba que la humanidad es solamente un conjunto de peones de la Naturaleza. Enfocó la pintura como un escenario donde se confrontan las fuerzas del agua, del cielo, del viento, de la tempestad. Gran viajero, se inspiró y plasmó estos nuevos horizontes.
Mientras que Paul Cézanne (1839-1906) pintó y volvió a pintar y estudiar la montaña Sainte-Victoire donde vivía, Vincent van Gogh (1853-1890) pintaba La Provenza donde residía.
Los Impresionistas (final del s. XIX) pintaban sus paisajes al aire libre, atentos a los contrastes, lo cambiante, lo fugitivo, dando todo el protagonismo a la luz.

Los artistas tienen el privilegio de poder retransmitir emociones.
¿Serán los únicos que perciben su entorno de forma distinta, los únicos conscientes y sensibles al espacio que les rodea?
¿El habitante de una urbe es igual que uno que vive en el campo, la montaña, el desierto o al lado del mar? ¿Si el entorno tiene influencia sobre el ánimo, el carácter, la sensibilidad, de qué forma afecta a sus moradores?
Y si el paisaje nos moldea, interfiere con nosotros, nos condiciona: ¿Cómo reaccionaremos cuando estemos rodeados de grandes torres eólicas que parecen vigías encima de los montes, de valles tapizados de placas fotovoltaicas y cómo viviremos enjaulados debajo de cables y de postes de alta tensión? ¿Cuál será la repercusión sobre hombre, fauna y vegetación? ¿Cómo serán las obras de arte que se inspiren en estos cambios paisajísticos? ¡Estamos lejos del concepto filosófico de las pinturas chinas Shan shui…!
Ya que el ser humano se ha otorgado el derecho a definir y transformar el paisaje que le rodea ¿Por qué no elegir el “cómo” para no destruir lo que nos identifica y que amamos?

Otros tiempos, otra época. Vale. ¿Pero así?

Participan: Amos García – Ana Cayuela – Ana del Mar López – Carmen Ayala – Chloé van der Mije – Emilio Bisbal – Encarna Morales – Ernesto Pedalino – Estela García – Isla Romani – Fernando López – Javier Termenon – Jeanne Chevalier – Jesús Campra – Jordi Garriga – Juan Antonio Maldonado – Juan Mozos – Marta Cañadell – Marit Schmeling – Martin Pastor – Marisol González – Matthew Weir – Mercedes Iríbar- Miguel Costales – Paloma Barinaga – Rodrigo Valero – Rubén Galera – Safi – Sophie Cuendet – Thomas Neukirch – Vidal Hurtado – Ian Torres

Asociacion TICU
tierraycultura-cabodegatanijar

Foto: © Jeanne Chevalier

Foto: © Paloma Barinaga

Foto: © Estela García

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