Foto: Motos de agua © Tom. pixabay.com
La Junta de Andalucía ha aprobado la prohibición total y permanente de la actividad motonáutica en toda la franja marítimo-litoral protegida del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, una medida que la Asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar valora con satisfacción por su importancia para la conservación del medio marino y la seguridad de las personas usuarias del litoral.
La resolución, dictada por la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Almería y publicada en el BOJA, establece que las motos de agua no podrán circular en ningún punto del litoral protegido del Parque, durante todo el año, con el objetivo de preservar los hábitats marinos y litorales de interés prioritario y las zonas de Reserva Integral .
El texto administrativo fundamenta la decisión en el extraordinario valor ecológico del litoral del Parque, donde se concentran más de 1.350 especies marinas y numerosos hábitats protegidos por la normativa andaluza, estatal y europea, como las praderas de Posidonia oceanica, arrecifes, cuevas marinas o fondos de origen volcánico. Asimismo, detalla los impactos ambientales y sociales asociados a la proliferación de motos acuáticas en los últimos años: contaminación acústica, emisiones y vertidos, riesgo de colisiones con fauna marina, deterioro de la calidad del agua y aumento del peligro para bañistas
Desde la Asociación queremos subrayar el papel decisivo de la implicación vecinal organizada en este avance. La Coordinadora de Asociaciones Vecinales de los Pueblos de Cabo de Gata —de la que formamos parte— ha alertado de forma constante y argumentada sobre los daños ambientales y los problemas de convivencia derivados del uso de motos de agua en el litoral del Parque. Esta presión social, sostenida y basada en criterios técnicos y de defensa del interés general, ha sido clave para que la Administración adopte finalmente una medida coherente con los objetivos de protección del espacio natural.
La Asociación considera que esta prohibición supone un paso necesario para compatibilizar el uso público con la conservación del Parque Natural, y confía en que vaya acompañada de una aplicación rigurosa, con medios suficientes de vigilancia e información, para garantizar su cumplimiento efectivo.
