Con la llegada del verano, el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar se ve desbordado en muchos aspectos. Los turistas llegan en masa y con ellos, sus coches, que necesitan ser aparcados, pero como no hay tantas plazas de aparcamiento disponibles para tanto vehículo, surgen los problemas, que se “resuelven” de las formas más variadas y casi siempre lesivas para el medio ambiente.

Conscientes del problema que supone el acceso a muchas playas del Parque Natural, en el año 2014, la entonces Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, redactó un Plan de Gestión de la Movilidad para el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. En dicho plan, se proponían una serie de aparcamientos próximos a las playas y otros junto a los núcleos urbanos, llamados de disuasión, que contarían con servicio de transporte público directo a las playas. El Ayuntamiento de Níjar se puso manos a la obra y empezó a tramitar innovaciones del PGOU promoviendo lo que llamó “Sistemas Generales de Acceso al Mar” para dotar de aparcamientos ordenados al Playazo de Rodalquilar, Los Escullos, Los Genoveses, Cala del Plomo y Cala San Pedro (ver artículo en Eco del Parque nº 5). Al parecer, los cambios políticos en el Ayuntamiento de Níjar supusieron que los nuevos responsables municipales consideraran de escaso o nulo interés seguir adelante con estas innovaciones del PGOU de Níjar, por lo que paralizaron su tramitación y todo quedó en papel mojado.

Así las cosas, los años van pasando y los turistas con sus coches siguen llegando. Cualquier sitio parece ser bueno para aparcar, ya sea dominio público hidráulico (DPH), dominio público marítimo terrestre (DPMT), zonas protegidas B1 (áreas naturales de interés general) o zonas B2 (áreas seminaturales con usos tradicionales), caminos, taludes, cunetas de carreteras, aceras, etc. Todos estos despropósitos se producen por la incapacidad manifiesta de las Administraciones Públicas para ofrecer soluciones factibles, legales y respetuosas con el medio ambiente a los problemas de movilidad del Parque Natural.

Camino de acceso a la Vela Blanca. Foto: © JG
Coches aparcados sobre una acera en San José. Foto: © JMJH

Sin ánimo de ser exhaustivos, para no cansar al lector, vamos a poner de manifiesto varios ejemplos de situaciones peculiares (por llamarlas de alguna forma) en lo que a aparcamientos se refiere en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

LITORAL DESDE TORRE GARCÍA A CABO DE GATA

Se trata de un tramo litoral de varios kilómetros, que va desde el límite del Parque Natural en Retamar, hasta el núcleo urbano de Cabo de Gata. En este tramo nos encontramos con playas de afluencia moderada, como son Torre García, Las Amoladeras y la playa del Charco. Algunos puede que se sorprendan al saber que está prohibido aparcar en todo este tramo litoral por encontrarse en dominio público marítimo terrestre, aunque muchos habrán visto unos carteles que indican la prohibición debido al artículo 33.5 de la Ley de Costas, sin embargo todo el mundo aparca sin pensar que puede ser multado. El antes citado Plan de Gestión de la Movilidad prevé aparcamientos fuera de la zona de dominio público marítimo terrestre.

Playa de Torre García. Ortofotografía del IGN.
Vehículos aparcados en la playa de Torre García en DPMT. Foto: © FG
Cartel de prohibido aparcar y acampar. Foto: © FG

ALMADRABA DE MONTELEVA Y LA FABRIQUILLA

Aquí queremos destacar dos situaciones concretas. La primera de ellas es un aparcamiento vallado y con acceso controlado que empezó a funcionar hace pocos años de forma esporádica y que en su día realizó obras de acondicionamiento del firme para facilitar el acceso de los vehículos, por ser el terreno originalmente poco estable e irregular. Se accede a él a través de la calle Camino Viejo del Faro de la Almadraba de Monteleva y parece ser que está gestionado por una asociación u organización llamada “Prencag”. Se han producido quejas por parte de vecinos y alguna denuncia sobre este parking y no nos consta que tenga la correspondiente autorización ambiental, siendo esta necesaria por encontrarse en un espacio natural protegido, estando además en una zona protegida B2 (áreas seminaturales con usos tradicionales), por lo que dudamos mucho que este parking sea legal.

Situación del aparcamiento de La Almadraba de Monteleva. Ortofotografía del IGN.
Coches en el aparcamiento de La Almadraba de Monteleva. Foto: © JG
Punto de acceso al aparcamiento de La Almadraba. Foto: © JG

Cerca del anterior aparcamiento, llegando a La Fabriquilla, los coches (sus conductores) han encontrado un camino que ensanchar para aparcar. Al llegar a la rotonda de La Fabriquilla hay un camino que va en dirección a las salinas. Dicho camino fue delimitado con postes de madera unidos por una cuerda para evitar que se utilizara como aparcamiento, pero alguien se ha tomado la molestia de arrancar todos los postes de uno de los lados del camino para posibilitar el aparcamiento más o menos caótico de decenas de vehículos.

Coches aparcados en el camino de las salinas. Foto: © JG
Coches aparcados en un talud. Foto: © JG

EL CORRALETE

El Corralete y su entorno (faro de Cabo de Gata y Arrecife de Las Sirenas) es una de las zonas más conocidas y emblemáticas del Parque Natural, que por desgracia, da pena verlas en verano debido a la permisividad de acceso a vehículos sin ningún tipo de restricción que aparcan en casi cualquier sitio. Se ha permitido un gran aparcamiento sin control ni regulación en una zona de alta protección (B1). En estas áreas naturales de interés general se incluyen zonas de marcado carácter forestal en las que la función protectora de la vegetación frente a los agentes erosivos, la regulación de los recursos hídricos, su valor ecológico y paisajístico, o su importancia en la biodiversidad del Parque Natural, se consideran prioritarias.

Desde luego en esta zona habilitada como aparcamiento ya se encargan las ruedas de los coches de evitar que prospere cualquier tipo de vegetación y por lo tanto que se incrementen los fenómenos erosivos motivados por la compactación del suelo que garantizan los cientos de vehículos que aparcan allí. También habría que hablar del gran impacto paisajístico que supone esta gran concentración de vehículos en una zona tan emblemática del Parque Natural. Las fotografías que se muestran, hablan por si solas.

Situación de aparcamientos en El Corralete. Ortofotografía del IGN.
Vista de El Corralete y su entorno. Foto: © JG
Aparcamientos en El Corralete. Foto: © JG

Aunque la ubicación de este aparcamiento es una aberración, se permite, se tolera, e incluso, se llega a normalizar. No pasa nada, -pero si aquello no es más que un secarral- (dirán algunos), pero a nadie se le ocurriría solicitar una autorización para montar un parking en zona B1. Por otra parte, la capacidad y extensión del aparcamiento es excesiva, teniendo en cuenta que la capacidad de acogida de la playa de El Corralete es de 90 usuarios según el Plan de Gestión de Movilidad del Parque Natural, publicado en el año 2014, el número de vehículos equivalente sería de 45 aproximadamente.

PLAYA DEL ARCO

Junto a la playa del Arco tenemos otro aparcamiento irregular que se va haciendo cada vez más grande sin que nadie lo remedie ni ponga límites. Está dentro de la zona de servidumbre de protección de la Ley de Costas y tuvo su origen en la existencia de una jaima que durante algunos años estuvo instalada en esa zona. Cuando se desmanteló la jaima, debería haber desaparecido el aparcamiento, pero lejos de ser así, lo que ha hecho es incrementar su superficie. Todo esto, obviamente sin someterse a ningún tipo de procedimiento de autorización ambiental.

Situación del aparcamiento ubicado junto a la playa del Arco. Ortofotografía del IGN
Coches aparcados junto a la playa del Arco. Foto: © JG
Vehículos aparcados junto a la playa del Arco. Foto: © JG
Vista panorámica del aparcamiento situado junto a la playa del Arco. Foto: © JG

OTROS APARCAMIENTOS

En la Isleta del Moro tenemos un aparcamiento que a lo largo de los años se ha ido ampliando poco a poco (consideramos que indebidamente). Se trata de un espacio que podría parecer aparentemente regulado, pero que tiene una organización caótica, ya que las zonas de aparcamiento no están ordenadas, por lo que cada cual aparca como puede y eso hace que se desaproveche mucho el espacio y por lo tanto se ocupe terreno innecesariamente, por lo que está claramente sobredimensionado teniendo en cuenta además la escasa capacidad de acogida de la playa del Peñón Blanco (el exceso de plazas de aparcamiento contribuye a la masificación de la playa). Por otra parte, al existir importantes desniveles en el terreno, existen zonas peligrosas para aparcar, ya que no hay ningún elemento de seguridad que proteja de posibles accidentes en los grandes desniveles.

El aparcamiento se encuentra en gran parte de su extensión en zona de servidumbre de protección de la Ley de Costas e íntegramente en zona de protección B2 (áreas seminaturales con usos tradicionales) que establece el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural. Por otra parte, debido a que se ubica en un entorno tan emblemático y visitado del Parque Natural, ocasiona un gran impacto paisajístico negativo, como puede apreciarse en la siguiente fotografía.

Vista del aparcamiento de la Isleta del Moro y playa del Peñón Blanco. Foto: © JG
Coches aparcados en la Isleta del Moro. Foto: © JG
Vehículos aparcados junto a la playa del Peñón Blanco. Foto: © JMJH

En el Playazo de Rodalquilar no hay aparcamiento propiamente dicho, por lo que los coches aparcan de forma caótica por las proximidades de la playa, en parte dentro del dominio público marítimo terrestre, degradando cada año un poco más el medio natural. También aparcan a lo largo del camino de acceso a la playa, a veces incluso en ambos lados del mismo, lo que dificulta la circulación. Se han producido varios intentos de hacer un aparcamiento en las proximidades del Playazo, pero no han llegado a buen término.

Coches aparcados en el Playazo de Rodalquilar. Foto: © JMJH
Vehículos aparcados junto al Playazo de Rodalquilar. Foto: © JMJH

No podemos olvidar los parking de las ramblas, en pleno dominio público hidráulico (menos mal que por desgracia aquí llueve muy poco). Aparcar en las ramblas es una práctica normalizada en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, hasta tal punto que en San José tenemos una rambla pavimentada para mayor comodidad de los usuarios y así poderla destinar a usos múltiples. En Agua Amarga también se utiliza la desembocadura de la rambla como gran aparcamiento con mucha capacidad, lo que posibilita la masificación de la playa en verano. En la Cala del Plomo también tenemos otro parking-rambla y en la Rambla del Cuervo, junto al camping de Las Negras, tenemos otro ejemplo de aparcamiento en dominio público hidráulico.

Rambla de Los Frailes en San José. Foto: © JMJH
Aparcamiento en la rambla de Agua Amarga. Foto: © MGMT

No todo en el Parque Natural es irregular y descontrolado, también tenemos aparcamientos regulados. Es el caso del aparcamiento de la playa de Los Muertos en Carboneras, gestionado por el Ayuntamiento y los aparcamientos de las playas con acceso restringido situadas al suroeste de San José (desde Los Genoveses hasta Cala Carbón), gestionados en este caso por una empresa privada del grupo Playas y Cortijos (promotores del hotel en Los Genoveses) por concesión administrativa. En ambos casos nos parece excesivo el precio por aparcar. Aunque en el caso del aparcamiento de la playa de Los Muertos, el dinero va a parar a las arcas públicas del Ayuntamiento de Carboneras y cabe pensar que la recaudación podría repercutir de algún modo en la conservación del Parque Natural, no se caracteriza precisamente este Ayuntamiento por tener una especial sensibilidad medioambiental (sirva de ejemplo el hotel del Algarrobico).

PROPUESTAS PARA MEJORAR LA SITUACIÓN ACTUAL

Creemos que la situación actual es intolerable y no puede seguir así año tras año. En un espacio natural protegido como es el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar hay que ordenar la movilidad y regular las zonas de aparcamiento. Esto no es una extraña ocurrencia de esta Asociación, ni un problema del que nadie hasta ahora se había percatado, por lo que instamos a las Administraciones Públicas a que tomen cartas en el asunto de forma inmediata.

• En el año 2014 se publicó el Plan de Gestión de la Movilidad del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar en el que se hacía un diagnóstico de la situación y se proponían soluciones a los problemas detectados. Este debe ser el documento de referencia a partir del que se desarrollen y pongan en práctica medidas concretas para una movilidad sostenible en el Parque Natural.

• Consideramos que deben ofrecerse zonas de aparcamiento reguladas, en ubicaciones que causen el menor impacto medioambiental y paisajístico posible, con una cantidad de plazas de aparcamiento proporcionales a la capacidad de acogida de las playas para evitar la masificación de las mismas.

• La gestión de los aparcamientos debe ser preferiblemente pública y no necesariamente con coste para los usuarios si se puede hacer una regulación y ordenación con bajo coste de mantenimiento. Evitar en todo caso concesiones o gestiones privadas que supongan un lucro excesivo para empresas o particulares sin que esto repercuta en la conservación del Parque Natural.

• Promover y ofrecer alternativas atractivas de movilidad mediante el transporte público.

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